La Constitución de Argentina no establece disposiciones específicas para el aborto, pero la Reforma de la Constitución de Argentina de 1994 añadió un estatuto constitucional para una serie de pactos internacionales, tales como la Convención Americana de Derechos Humanos, que declara el derecho a la vida existe "en general, desde el momento de concepción". La interpretación de la expresión "en general" en ciertos casos de aborto sigue siendo objeto de debates.
En 1998, después de una visita al Vaticano y una entrevista con Papa Juan Pablo II, el presidente argentino Carlos Menem aprobó un decreto que declaró el 25 de marzo el Día del Niño Nonato. La administración de Menem ya había alineado con la Santa Sede en su rechazo total del aborto y de métodos contraceptivos. Durante la primera celebración de la nueva vacación, en 1999, el Presidente afirmó que "la defensa de vida" fue "una prioridad de la política externa de Argentina".
El presidente Fernando de la Rúa (1999-2001) no fue directo sobre su creencia católica y la influencia de esta en las políticas gubernamentales, pero efectivamente los mantuvo inalterada.
El presidente Néstor Kirchner (elegido en 2003) profesaba la fe católica, pero fue considerado más progresista que sus antecesores. En 2005, el Ministro de la Salud Ginés González García declaró públicamente su apoyo a la legalización del aborto. Kirchner ni apoyó ni criticó la opinión de González García en público. En una entrevista privada, más tarde, aseguró que la ley en cuanto al aborto no sería alterada durante su mandato.
Carmen Argibay, la primera mujer elegida a la Corte Suprema Argentina por un gobierno democrático, también causó mucha controversia cuando expresó su apoyo para los derechos de aborto. Muchas organizaciones Pro-vida, expresaron su oposición al nombramiento por esta causa.
La presidente Cristina Fernández se declaró "en contra del aborto" en su campaña electoral del año 2007.
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